Los estadounidenses que se pusieron la vacuna actualizada de refuerzo contra el COVID-19 tienen más inmunidad frente a los que no se la pusieron, al menos por ahora, informaron el martes autoridades de salud.
En septiembre se empezaron a ofrecer las versiones actualizadas de las vacunas elaboradas por Pfizer y Moderna, pero pocos ciudadanos se las han puesto. Solo un 13% de los adultos en Estados Unidos se han puesto la vacuna “bivalente” que combate tanto a la variante ómicron como al coronavirus original. El martes, funcionarios de la Casa Blanca lanzaron una nueva campaña para convencer a la gente a que se vacune.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) ya han publicado los primeros estudios sobre la eficacia de esas nuevas vacunas. Examinaron a personas que fueron a farmacias a hacerse la prueba entre septiembre y noviembre y compararon el estatus de vacunación de quienes resultaron tener COVID-19 y los que no.
La vacuna de refuerzo que combate al ómicron añadió entre 30% y 56% de más protección contra la infección sintomática, dependiendo que cuántas vacunas la persona se había puesto antes, hace cuánto lo hizo y su edad, concluyeron los CDC.
Los que más se beneficiaron fueron los que no habían recibido una vacuna de refuerzo antes sino solo dos dosis de la vacuna original por lo menos ocho meses antes, dijo la doctora de los CDC Ruth Link-Gelles, quien dirigió el estudio.
Pero incluso los que se pusieron el refuerzo de la vacuna original en el verano antes de ponerse la actualizada tenían una protección de un 30% o 40% más comparado con los que no se pusieron la nueva versión, dijo la doctora.