CHICAGO — Todos los inmigrantes alojados en dos locales de Oak Park deberán mudarse antes del 31 de enero, según revelaron el miércoles las autoridades municipales.
Esta semana se notificará la fecha de desalojo a las aproximadamente 160 personas del hotel The Carleton of Oak Park y del West Cook YMCA. Se les pedirá que trabajen con un gestor de casos o personal de la villa para encontrar un nuevo refugio y posiblemente trasladarlos a otra ciudad o estado si tienen una vivienda estable allí, según un memorando del Centro de Operaciones de Emergencia de la villa.
Para cualquier persona que no pueda encontrar refugio, la villa ayudará a reubicarlos en el programa de refugio de Chicago, dice el memorando. Los inmigrantes que llegaron a Estados Unidos antes del 31 de julio de 2023 pueden optar a un estatus de protección temporal. Más información para los solicitantes de asilo se proporciona en el sitio web de la villa.
A diferencia de otros suburbios, Oak Park había declarado una emergencia para proporcionar alojamiento a los inmigrantes, pero las autoridades dijeron que el esfuerzo es insostenible.
“Es una situación lamentable”, afirma Ravi Parakkat, administrador municipal. “No les estamos llevando a ninguna parte. Es sólo alojarlos en un refugio temporal, que no les acerca a ninguna de las razones por las que vinieron a este país. Estamos gastando dinero sin resolución a la vista”.
En última instancia, funcionarios de la villa coincidieron en que sólo los gobiernos de Chicago, el estado de Illinois y el gobierno federal tienen capacidad para abordar los problemas de la inmigración.
La autorización de financiación de emergencia de la villa, procedente en su mayor parte de subvenciones estatales y locales, era sólo hasta el 6 de febrero, la época más fría del invierno, y nunca estuvo claro adónde irían los inmigrantes después de esa fecha.
La villa autorizó alrededor de 1 millón de dólares para alojar a los inmigrantes en el hotel, el YMCA y una iglesia.
Un memorándum de la villa del 7 de diciembre establece que los autobuses de solicitantes de asilo que no avisen con antelación de su llegada serán rechazados y enviados a la zona de desembarco de inmigrantes designada en Chicago. Según Dan Yopchick, portavoz de la villa, hasta ahora no ha llegado ningún vehículo de este tipo a Oak Park.
“La villa no tiene capacidad para aceptar nuevas llegadas adicionales”, escribió al Tribune. “Cualquiera que llegue a Oak Park en busca de refugio es redirigido a la zona de aterrizaje de la ciudad de Chicago, como se establece en el memorando”.
La villa se vio confrontado sobre qué hacer la noche de Halloween, después de que los voluntarios llevaran a los inmigrantes a la comisaría de Oak Park desde la cercana comisaría del barrio Austin de Chicago, donde muchos inmigrantes habían estado durmiendo a la intemperie. Unos 20 inmigrantes encontraron alojamiento en la Iglesia Grace Episcopal.
Las autoridades esperan que grupos sin ánimo de lucro como Housing Forward puedan encontrar un alojamiento más permanente a los desplazados, pero no se ha identificado públicamente ningún emplazamiento.
El mánager de la villa Kevin Jackson dirigió la política de autobuses, pero se necesitaría la acción de la Junta de la Villa para autorizar cualquier otro alojamiento por la villa, y ahora no hay más fondos destinados para eso, dijo la presidenta de la villa, Vicki Scaman.
Tenía la esperanza de obtener parte de la subvención estatal para inmigrantes de $8 millones que Joliet Township rechazó después de la reacción negativa de los residentes allí. Los administradores y residentes de Oak Park también han expresado su preocupación sobre el gasto para los inmigrantes, mientras que las necesidades de los negros, las personas sin hogar y los veteranos de la zona quedan insatisfechas.
Otros suburbios como Rosemont, Cicero, Schaumburg y Elk Grove Village han aprobado ordenanzas para multar o confiscar los autobuses que dejan a los inmigrantes, o para impedir que sus hoteles se utilicen como alojamiento para inmigrantes a largo plazo.
Los funcionarios de Oak Park no pretenden imponer multas, pero la villa está llena en su capacidad, dijo Scaman.
Luego de una migración récord a través de la frontera sur del país, el gobernador de Texas, Greg Abbott, y organizaciones benéficas han transportado en autobuses a miles de inmigrantes que buscan asilo a Chicago. Los funcionarios de la ciudad están luchando por encontrar lugares donde albergarlos.
Illinois ha presupuestado al menos 160 millones de dólares para los inmigrantes en Chicago, pero los funcionarios locales están pidiendo más financiación y coordinación.
-Traducción por José Luis Sánchez Pando/TCA