CHICAGO — Antes del fin de semana de Navidad, las autoridades del Condado de Grundy erigieron dos señales digitales a lo largo de la Interestatal 55 con el objetivo de disuadir a los autobuses que transportan inmigrantes de detenerse en el condado, que recientemente aprobó una resolución por la que se declara “condado no santuario para la inmigración.”
Los carteles, colocados cerca de dos salidas en dirección norte -una por Dwight y otra por Gardner- decían: “PROHIBIDO AUTOBUSES DE INMIGRANTES EN ESTA SALIDA”. Se levantaron el sábado 23 de diciembre en respuesta a los informes de autobuses que dejaban migrantes en otras comunidades de los alrededores de Chicago, dijo el sheriff del condado de Grundy, Ken Briley.
“Queríamos pasar el fin de semana festivo para no encontrarnos con las desafortunadas circunstancias de tener a estas personas en la zona rural del Condado de Grundy sin ningún lugar al que ir”, dijo Briley.
Ningún autobús se detuvo en el condado, añadió, y las señales se han retirado desde entonces, sin planes para volver a ponerlas.
Naperville, Aurora, Fox River Grove, Elmhurst y Cicero son algunas de las comunidades que han visto autobuses cargados de inmigrantes en las últimas semanas del año, en medio de crecientes llamamientos a una respuesta coordinada de los gobiernos federal y estatal a la afluencia de inmigrantes, estimada en más de 25,000, que han llegado a Chicago desde el verano pasado.
Cuatro días antes de Navidad, las fuerzas de seguridad de Kankakee declararon que un autobús dejó a entre 30 y 40 inmigrantes en una gasolinera de la ciudad sobre las 4:30 de la madrugada. Tres horas más tarde, la policía se presentó y encontró a la gente envuelta en mantas. Algunos se quedaron en la gasolinera, mientras que otros fueron vistos caminando por la carretera.
“Los pasajeros, procedentes de Venezuela, se quedaron sin dinero, comida ni ropa adecuada, y tenían la impresión de haber llegado a su destino”, rezaba un comunicado de la oficina del sheriff del condado de Kankakee.
Briley explicó que él y otros habitantes del Condado de Grundy, situado al suroeste de Chicago, se enteraron de la llegada de un autobús cargado de inmigrantes a Kankakee y decidieron reunirse el sábado 23 de diciembre por la mañana para elaborar un plan de emergencia en caso de que ocurriera algo similar en su condado.
No está claro si alguien del condado avisó al Departamento de Transporte de Illinois antes de erigir las señales digitales. Un portavoz del IDOT dijo que la agencia no ha colocado ninguna señal ni tablón de anuncios sobre inmigrantes o autobuses de inmigrantes, y que las señales habían desaparecido cuando los empleados del IDOT inspeccionaron la zona el miércoles 27 de diciembre.
El fiscal estatal del Condado de Grundy, Russell Baker, que estuvo en la reunión del sábado 23 de diciembre por la mañana, dijo que no estaba seguro de si se informó a la agencia sobre los letreros o si se colocaron en terrenos del condado que corren a lo largo de la interestatal.
“Si alguien se perdía o pensaba por error que esto era Chicago, esos carteles eran un directorio”, dijo Baker. “Pensamos que las carteles podrían persuadir a los conductores de autobuses, si se pierden, a continuar por la I-55 hacia lugares que estén equipados para recibir (a inmigrantes).”
Briley dijo que el plan de emergencia también preveía que el condado llevara a Joliet a los inmigrantes varados en caso de que acabaran en el Condado de Grundy. Allí, trabajando en coordinación con la policía de Joliet y la gestión de emergencias del Condado de Will, los inmigrantes serían dirigidos a los trenes con destino a Chicago.
El plan de emergencia para inmigrantes del condado llegó tras una resolución, aprobada hace tres semanas, que declaraba a Grundy, de casi 53,000 habitantes, “condado no santuario para la inmigración”.
La resolución establece que el condado “se compromete y vuelve a dedicar sus recursos limitados a sus residentes necesitados: personas mayores, familias que viven por debajo del nivel de pobreza, veteranos, personas sin hogar y todos aquellos que necesitan servicios sociales que ya están aquí en el Condado de Grundy, legalmente.”
Tres años antes, los líderes del condado pusieron una resolución no vinculante en las boletas que preguntaban si las autoridades deberían ayudar al gobierno federal con el control de la inmigración. Esa resolución fue aprobada con el 64% de los votos.
La Junta del Condado decidió retomar el tema de la inmigración el pasado otoño después de ver cómo se desarrollaba una controversia en la cercana Joliet, donde la reacción pública obligó al municipio de Joliet a retirar su solicitud de una subvención estatal de 8.6 millones de dólares para los solicitantes de asilo.
“Sentimos que teníamos un mandato claro de nuestros votantes”, dijo el vicepresidente de la junta del Condado de Grundy, Drew Muffler. “Con la inflación y todo lo demás, estamos luchando por satisfacer nuestras propias demandas presupuestarias.”
Muffler dijo que la Junta del Condado podría adoptar una medida que permitiría a las autoridades confiscar autobuses o multar a las compañías de autobuses que descarguen pasajeros sin permiso. Chicago y Aurora se encuentran entre las comunidades que cuentan con leyes similares.
Y si los inmigrantes acaban llegando al Condado de Grundy, Muffler dijo que su esperanza es que el condado pueda desviarlos a otro lugar.
“En teoría, los condados se han preparado para ello”, afirma Muffler. “Han dicho que son santuarios. Nosotros no lo somos”.
-Traducción por José Luis Sánchez Pando/TCA