CHICAGO — Los inmigrantes ya no son dejados en la zona de desembarco de la ciudad en autobuses procedentes de la frontera sur, lo que provoca que la gente deambule sin rumbo en busca de refugio, según un ayudante del alcalde de Chicago Brandon Johnson.
Cristina Pacione-Zayas, jefa adjunta de personal de Johnson, dijo que la falta de comunicación está directamente correlacionada con el endurecimiento de las sanciones de la ciudad a los propietarios de autobuses cuyos vehículos infrinjan las normas para frenar la caótica llegada de autobuses desde la frontera sur. Sospecha que las compañías de autobuses están encontrando otras formas de llevar a los inmigrantes a la ciudad. Hasta el sábado, más de 25,900 inmigrantes habían llegado a Chicago desde agosto de 2022, según los registros de la ciudad.
De acuerdo con la normativa revisada el miércoles, los autobuses que descarguen pasajeros sin permiso o fuera de las horas y lugares autorizados podrán ser “incautados y confiscados”. Los infractores también estarán sujetos a multas de 3,000 dólares, más gastos de grúa y almacenamiento.
El miércoles por la noche, la ciudad incautó un autobús que intentaba dejar a 29 inmigrantes en la zona de desembarco del West Loop, en el 800 S. de la calle Desplaines.
“Obviamente, están intentando por todos los medios burlar esto”, dijo Pacione-Zayas. “Desde que hemos instituido la ordenanza y la enmienda, hemos perdido toda comunicación con la frontera. No nos envían ninguna notificación”.
El viernes, dijo que los funcionarios municipales encontraron inmigrantes en varios lugares de la ciudad: el Ayuntamiento, Christkindlmarket y Union Station. Según Pacione-Zayas, los inmigrantes informaron de que los conductores de autobús les compraron tarjetas Ventra y billetes de Amtrak para llegar a Chicago.
Dijo que un municipio de las afueras recibió un autobús el viernes y le indicó que se dirigiera a la zona de llegada, y en su lugar se fue hacia la frontera con Indiana.
El subjefe de personal sospecha que los conductores de autobús dejan a los inmigrantes en estaciones de tren fuera de la ciudad y les compran billetes de tren para llegar al centro.
“Las empresas de autobuses facilitan su traslado a la ciudad”, afirma. “Eso nos hace apurarnos”.
En octubre, una delegación de la ciudad viajó a Texas para intentar hablar con funcionarios de allí para coordinar la bajada de autobuses. En aquella época, los autobuses llegaban a cualquier hora del día y de la noche, sin previo aviso.
A mediados de noviembre, la ciudad puso en marcha una normativa que obliga a dejar a los pasajeros los días laborables entre las 8 a.m. y las 5:30 p.m. También limitó a dos las llegadas de autobuses por hora y designó un lugar en el West Loop para descargar a los pasajeros.
La zona de carga ayuda a la ciudad a tener un mejor “plan de transporte sobre el terreno” y saber si vienen familias o solteros para ubicarlos en albergues adecuados.
Pero desde que se endurecieron las sanciones el miércoles, la zona de llegada no ha recibido tantos autobuses. La ciudad recibió el aviso de que se esperaban dos el sábado, pero sólo a través de una comunicación por correo electrónico en la que fueron copiados accidentalmente, dijo Pacione-Zayas.
“La gente está siendo dejada en diferentes puntos. Deambulan por comisarías. O deambulan hacia refugios”, dijo.
La ciudad ha estado desalojando activamente a los inmigrantes de las comisarías de policía para llevarlos a refugios, e informó el sábado por la mañana de que no había ninguno pernoctando en las comisarías, tras una cifra de 2,000 hace unas pocas semanas.
El sábado por la tarde, sin embargo, habrá un autobús preparado en la estación Near West (Distrito 12), que cubre gran parte de los barrios de Little Italy y la Universidad de Illinois en Chicago, para responder a las llegadas descoordinadas.
La Oficina de Gestión de Emergencias de la ciudad trabaja con la empresa nacional de empleo Favorite Staffing, contratada para recoger a los inmigrantes y llevarlos al autobús preparado o a camas de refugio si hay disponibilidad.
Pacione-Zayas dijo que sólo está pidiendo a los funcionarios de Texas una mayor comunicación.
“Cuando llegan sin previo aviso ni coordinación, empiezan a socavar lo que estamos intentando hacer”, afirmó.
-Traducción por José Luis Sánchez Pando/TCA